lunes, 15 de junio de 2009

sábado, 3 de mayo de 2008

Muestra las fotos que quieras, en los mejores lugares que hayas visitado, envíalas a brimarflores@gmail.com y !compártelas con nosotros!

Rio Sena, Seine en francés, que riega
la mayor parte de la cuenca de Paris;
7,76 km. Nace en la meseta de Langes
(471m de altura) atraviesa, el sur de la
Champaña y París y desemboca, en forma
de estatuario, en el canal de la mancha al
Sur de Hevre.
















Torre Eiffel vista desde su base.



















Moulin Rouge,
sala de espectáculos.
sala de baile desde 1889,
En 1903 se convirtió en
teatro de variedades.
Su principal atracción fue
el grupo French-Cancan.






Palacio de Versalles Residencia Real desde 1662, hecho construir por Luis XIV,
obra de Le Vau, D Ôrbay;J.H Mansart y J.A Gabriel . decorado inicialmente bajo la dirección de Le Brun, fue uno de los centros del clasicísmo (museos de pintura y escultura, y centro de música barroca).Los jardines diseñados por LeNòtre, cuenta con numerosas esculturas. En Versalles se firmó en 1783, el tratado que puso fin a la guerra de la independencia norteamericana y fue proclamado el imperio alemán (1871)
Vista de la Torre Eiffel, desde Trocadero.
(Monumento metálico ergido por G.Eiffel en el campo de marte en Párís- Francia, para la exposición Universal de
1.889,
su altura es actualmente de 324 metros)






















Guia para el trabajo de Campo

Trabajo de Campo Antropología Cultural.
Profa. Brimar Flores
UPEL-IPMJMSM

Los trabajos de campo tienen como finalidad principal que los alumnos conozcan directamente situaciones y problemas sociales cuya vivencia deberá reportarles utilidad y provecho para su vida futura.

En el eje temático III, trabajaremos el acompañamiento de una tradición folklórica, antropológicamente arraigada en nuestra cultura, como por citar algunas en nuestro Estado Miranda: Velorio de la Cruz de mayo, Corpus Christi, Diablos danzantes de Yare, Tambores de San Juan Bautista, San Pedro de Guarenas, San Pedro de Guatire, Velorio de San Pascual Bailón, Primer Repique de Tambor, Fiestas en honor a la Virgen de Fátima.

Como parte de la antropología cultural le corresponde la obtención y ordenación de datos para la descripción de la cultura de un grupo humano o de algunos de sus aspectos. En este sentido no constituye una rama de la antropología, sino más bien una fase de la actividad total de esta ciencia. El término etnografía se generalizó hacia la mitad del siglo XIX, pero el concepto se ha ido modificando al mismo tiempo que se desarrollaba la antropología cultural y se sucedían escuelas y figuras.
¿Qué es una investigación etnográfica y el trabajo de campo?
La Antropología Social explica la diversidad de las culturas mediante un procedimiento metodológico específico: la etnografía. El trabajo etnográfico consiste en trasladarse hasta el sitio en que esos grupos están (viven o trabajan o desarrollan ciertas actividades que los aglutinan) y, estando ahí (permaneciendo generalmente por períodos prolongados), se aplican técnicas específicas del trabajo de campo etnográfico.

Las técnicas por excelencia utilizadas por el antropólogo son: la observación participante y la entrevista en profundidad.

No se hacen “muestreos” de la realidad social para después generalizar en enfoques estadísticos, sino que se busca investigar en profundidad sobre unos pocos casos, e indagar a partir de las interacciones cotidianas cómo vive y piensa la gente.
¿Qué quiere decir “observación-participante” y “entrevista en profundidad”?
Una de las técnicas más importantes que se emplean en la etnografía, es la "observación participante". Puede ser definida como la comprensión de la realidad de las personas estudiadas a partir del involucramiento y cierto grado de participación del etnógrafo en las actividades cotidianas.
La observación participante permite conocer las dinámicas grupales y familiarizarse con la lógica de pensamiento y acción de las personas.
Junto a la observación participante, también ocupa un lugar fundamental la entrevista etnográfica, que es una técnica que al etnógrafo (el antropólogo en el campo) le permite desentrañar los significados atribuidos por esa persona (y su grupo) al mundo en que vive, y cómo, entonces, construye su percepción del mundo, “su” realidad.
A diferencia de la entrevista periodística, en la entrevista antropológica se recurre a preguntas más abiertas porque se intenta que fluya una especie de “asociación libre” en el discurso del “informante” (el /la entrevistado/a). Esto se consigue a partir del establecimiento de “rapport” (una especie de “empatía”) entre entrevistador y entrevistado. Los antropólogos podemos trabajar de esta manera porque, a diferencia de los periodistas, tenemos mucho más tiempo disponible y contacto más prolongado con las persona. (Moya, Marian.com.ar)
Otras características de la etnografía en sus primeros tiempos fueron el interés por la recopilación de datos o rasgos, que venían a constituir un inventario de la cultura, más que un intento de análisis e interpretación, y su atención exclusiva a la cultura de pueblos muy primitivos, hasta el punto de que esta dedicación llegó a crear una imagen parcial y todavía no superada por completo de lo que es la antropología. Esta especial orientación de la etnografía puede entenderse mejor si tenemos en cuenta la importancia concedida entonces a los problemas de los orígenes y difusión de la cultura y el deseo de salvar para la posteridad el conocimiento de pueblos próximos a extinguirse física o culturalmente.
Marca un hito en el desarrollo de la investigación etnográfica el antropólogo británico de origen polaco Bronislaw Malinowski (1884-1942) quien, con su actuación profesional, superó muchas de las deficiencias del método etnográfico y sentó ejemplo para las siguientes generaciones de antropólogos.

Trabajo de campo y elaboración de biografías. En este punto se puede plantear el estudio in situ de algún aspecto antropológicamente relevante. Una sugerencia es realizarlo durante el estudio del tema de Antropología social aplicada, enfocándolo, por ejemplo, en el campo de las relaciones de parentesco, viendo cómo éstas han evolucionado desde la generación de los abuelos de los estudiantes hasta la suya propia. Puede ser también interesante que realicen alguna biografía de alguno de los mayores concurrentes y protagonistas de la manifestación.
El participante siempre observará las recomendaciones siguientes:
1. Como punto de partida se deberá elaborará un sencillo plan de trabajo en el que establezcan, tareas concretas, fechas y horarios y responsabilidades específicas de cada alumno participante.
2. Designar un coordinador por cada grupo.
3. Aplicar la Observación participante o no participante
4. Investigar previamente acerca del tema en hemerotecas y bibliotecas
5. Realizar guion de entrevistas semi estructuradas y en profundidad
6. Realizar guion de entrevistas con estructura cronológica y biográficas (historias de vida)
7. Utilizar fotografías y videos para la recogida de datos, o materiales etnográficos

miércoles, 2 de abril de 2008

La animación sociocultural

El animador lider
2 Enero 2007
El lider en el tiempo libre es un educador…capaz de entender el tiempo libre como un espacio privilegiado de comunicación y acercamiento, y de valorarlo como una posibilidad de desarrollo humano y de trasnmisión de valores.
que se implica personalmente, pone en juego toda su persona implicándose de forma responsable y coherente. No es tan importante que sea un buen técnico o un trasnmisor de acciones que consigan efectos automáticos, sino que lo indispensable es su propia identidad, su ser, su manera de vivir. Es necesario que aporte al grupo su ser y su hacer. Su ser supone vivir de acurdo con unos ideales, exige fidelidad a unos compromisos concretos consigo mismo y con el grupo.
No educa sólo por lo que dice sino por lo que es, por medio de la persona y de sus actitudes básicas. Él obra en nombre de su ser persona y de la persona del otro. Su respuesta debe ser libre e interior, ofreciendo una presentación de valores con la identificación y el acercamiento de las palabras, gestos y el servicio.
desde su autoconocimiento, …es necesario partir del conocimiento de uno mismo, de las propias posibilidades y limitaciones. No puede ser un extraño para sí mismo y debe mostrarse como una caja abierta donde acoger a los demás. Debe aceptar sus propios errores y se incapacidad para responder a todas las preguntas. Sólo así podrá, de forma sucesiva, aceptar a los demás.
en la construcción de una sociedad y de un hombre y una mujer nuevos…proyectándose hacia un ideal de hombre y mujer que signifique un horizonte de exigencia, crecimiento y maduración personal.
El líder de tiempo libre se presenta como un modelo y proyecta una imagen de comportamiento y de manera de actuar que no es neutra. Es un mediador entre el educado y el modelo ideal de hombre y mujer que se construye fomentando procesos liberadores en la historia de cada uno.
El líder de tiempo libre no es un fin en sí mismo, sino un medio de llevar adelante unas opciones personales. Ha encontrado el sentido de la vida en su forma de pensar y de sentir. Se ha descubierto como una persona libre que vive en consecuencia con esta serie de opciones tomadas.
Por qué ser líder de tiempo libre?
• Porque el líder a descubierto que su papel en la historia no es ser un sujeto pasivo sino un agente activo y comprometido con la realidad.
• Porque desea llevar a cabo la trasnformación de dicha realidad que conoce, acepta y comprende.
• Porque concibe la educación del tiempo libre como un medio para construir un hombre y una mujer íntegros, capaces de vivir con autonomía y ser dueños de sus propias ilusiones. Capaces de tomar sus propias decisiones.
• Porque sabe que vale la pena comprender la vida desde la libertad y convierte su tiempo libre en un tiempo liberador para él y para los demás.
• Porque está dispuesto a poner sus cualidades al servicio de los demás y, especialmente, de aquellos que más lo necesiten.
• Porque quiere crecer como persona haciendo de su vida una respuesta a esa llamada optimista que le invita a ser una persona plena.
Para ser líder de tiempo libre, siendo un educador, hay que ser, previamente, uno mismo. Por ellos, la tarea principal que tiene pendiente es preguntarse por sí mismo. Sólo así la acción de un animador responderá a las convicciones profundas de cada uno.
Perfil del líder de tiempo libre
1.- Autenticidad
2.- Apertura a los demás, estima, acogida, acercamiento. Se muentra como un amigo en quien poder confiar. No presiona a nadie y se interesa por las personas.
3.- Responsabilidad ante su compromiso y ante los objetivos y las normas de su actuación concreta. Sabe aceptar las consecuencias de sus actos.
4.- Creatividad, imaginación, originalidad. Se adapta a las circunstancias y a las necesidades del grupo y de las personas en cada momento. Va cambiando las actividades y los recursos pedagógicos que utiliza.
5.- Optimismo, alegría, ilusión. Es una persona positiva que comprende la vida desde todos sus aspectos buenos. Es capaz de leer las potencialidades ascondidas en los demás. Es risueño, tiene sueños e ilusiones de futuro, que son esperanza y horizonte. Ayuda a construir habilidades y despierta las posibilidades que cada uno tiene como predisposiciones.
6.- Disponibilidad, entrega, servicio. Sabe que el protagonista de la acción educativa es el educador y todas las acciones deben orientarse según sus características y necesidades. Interviene desde la humildad y la gratuidad de quien no espera reconociemiento por su labor. Tiene capacidad para el trabajo y es constante en su actuación para que ésta sea significativa.
7.- Dinamismo y decisión. Muestra interés por las personas desde una posición dinámica que mueve y motiva. Es capaz de tomar decisiones y tener criterios claros de priorización.
8.- Realismo y espíritu crítico. Analiza la realidad que le envuelve y es capaz de preocuparse y acercarse a los problemas que detecta. Desde la objetividad se une a otras personas para buscar soluciones.
9.- Comprensión, sensibilidad, empatía. Se pone del lado del otro para ver las cosas desde su ángulo porque tiene el deseo profundo de comprender mejor.
10.- Comunicación y espresión. Es capaz de trasnmitir aquello que sabe y que siente, y lo trasnmite de forma pedagógica y didáctica para llegar a los educandos de forma natural y despertar cida en ellos.
11.- Permisividad. Es permisivo aunque tiene autoridad, entendida fuera de la estructura que lo envuelve. Una autoridad moral que nace del contacto y del acercamiento, es innata e interior en la persona.
12.- Capacidad organizativa y de trabajo en equipo. Es consciente de lo importante que es planificar y programar las actividades para que éstas se llenen de sentido y respondan a unos objetivos concretos que parten de las necesidades de los educandos. Comprende que su tarea de líder debe llevarse a cabo junto a un equipo de educadores.
13.- Justicia. Considera a todas las personas iguales, con las mismo oportunidades, eligiendo el lugar desde donde mejor puede intervenir. No tiene prejuicios ni preferencias, mostrándose tolerante antre la diversidad de caracteres, valores, actitudes y maneras personales de pensar y actuar.
Rasgos negativos que se deben evitar
1.- Falta de identidad personal.
2.- Inhibición ante los problemas. No tiene que esconderse de las situaciones problemáticas que se desarrollan a su alrededor.
3.- Dependencia de los demás. No es aconsejable ser la sombra de nadie, ni esperar que los demás tomen decisiones por uno mismo. Tampoco depender de las actividades que se conocen y evitar el cambio y la innovación por miedo a no tener respuestas a cuestiones que ello plantee.
4.- Pesimismo, antipatía y mal genio. No se debe ceder ante el fatalismo de pensar que los problemas no tienen solución. No debe mostrarse lejano, enfadado o distante.
5.- Orgullo y prepotencia. No debe utilizar su posición como arma para conseguir resultados concretos. No debe creerse más importante que los demás.
6.- Crítica y autoritarismo. No se debe tener miedo, ni refugiarse bajo el mando de la autoridad. No es bueno tener estereotipos ni clasificar a las personas. Debe evitar criticar, juzgar o enfrentarse a los educadores.
7.- Ser interesado. No puede esperar gratificaciones, agradecimientos, ni recompensas por su labor.
8.- Proteccionismo. No debe tener sentimientos paternalistas que todo lo permitan. No debe moverle ni la compasión ni la lástima. No tiene que evitar que el educando se equivoque cuantas veces sea necesario, para que pueda aprender de sus propios errores.
9.- Obsesión por el trabajo. No debe tener una tarea sin control, ni dedicar más horas de las necesarias a la planificación de las actividades.
El servicio de la animación de tiempo libre significa un compromiso por parte de la persona que lo vive. Se tiene que poder confiar en el líder y en su palabra. Es por eso que los líderes de tiempo libre deben tener unos derechos y unos deberes que guíen su actuación y le den un sentido pleno y coherente. Algunos de éstos podrían ser los siguientes:
Deberes:
- Cumplir su compromiso y ser fiel a su grupo, es decir, profundamente responsable.
- Estar al servicio del grupo y de sus miembros, a los que debe facilitar la autonomía.
- Tener en cuenta los objetivos del grupo.
- Saber replantearse a sí mismo desde una perspectiva dinámica.
- Debe desarrollar un espíritu de búsqueda, de imaginación.
- Ser responsable sin caer en la manipulación, buscar el equilibrio.
- Es preferible que trabaje en equipo para evitar la soledad.
- Debe compromenterse a hacer bien su labor.
Derechos:
- Al error y al fracaso.
- A las convicciones personales y a la vida privada.
- A la participación y a la determinación de los objetivos y medios.
- Al reposo, al descanso.
- A la formación contínua.
- Al repartimiento de las responsabilidades y de las funciones.
- A la libertad de expresión y de pensamiento.
Qué tipo de líderes hay?
• El oportunista. Sólo se implica en actuaciones que pueden favorecer su prestigio o su imagen.
• El indeciso. No sabe qué es lo que quiere y se deja llevar por las circunstancias y el momento.
• El profesor. Es un sabelotodo. Se sirve de sufunción para ir dando lecciones a todo el mundo.
• El rígido. Sólo actúa con el consentimiento y la aprobación de la autoridad competente.
• El ocasional. Practica provisionalmente la animación mientras espera encontrar trabajos más favorables.
• El técnico. Busca eficacia mediante la metodología.
• El manipulador. Utiliza su posición para lograr que todos los demás piensen como él.
• El estético. Actúa porque le gusta que le observen y le escuchen sólo a él.
• El desanimado. Tiene buena voluntad pero se desanima con mucha facilidad.
• El idealista. No analiza las personas y sus características, lucha por cambiar el mundo desde sueños imposibles y utopías irrealizables.
• El compensador. Busca el cariño y la compañía de los otros. Necesita sentirse válido para esconder su complejo de inferioridad.
• El superlíder. Todo lo hace bien, núnca se equivoca y lleva razón en todo. Nadie le puede enseñar nada.
• El ausente. Parece que no esté, núnca da su opinión a cerca de nada. Siempre está en otras cosas.
• El colega. Se pone siempre a favor de los demás para caer bien sin mirar si llevan razón o no . Les permite cualquier cosa por evitar enfados y enfrentamientos.
• El infantil. Participa de las actividades como si fuera un niño. Las prepara a su antojo y preferencia.
Funciones del líder de tiempo libre.
1.- Respeto al grupo
Promover la cohesión del grupo
No tener preferencias entre las personas del grupo
Facilitar la interacción para que todos se sientan iguales
No ser ni spueractivo ni pasivo, deja queel grupo se organice por sí mismo según sus propias preferencias
Expresar sus sentimientos, pensamientos y opiniones respecto al grupo
Estar atento a la integración de las personas en el grupo
Preparar ejercicios para resolver los conflictos que puedan haber en el grupo
Promover la tolerancia y la aceptación de todos los miembros
Favorecer un clima de confianza donde intercambiar pensamientos y sentimientos
Es muy importante que dentro del grupo el líder tenga un papel dinamizador. No puede ser un educando más, sino que debe tener una posición específica para favorecer el buen funcionamiento del grupo. Debe procurar que todos los miembros se sientan acogidos, respetados y queridos por igual. Él no debe llevar la iniciativa ni encaminar al grupo a su antojo, sino que debe procurar que sean los mismos miembros quienes decidan el tipo de grupo que quieren.
Es por esta razón que el líder debe conocer dinámicas de grupo y juegos, así como tener recursos para trabajar en cada momento aquello que la situación del grupo necesite. Debe ser un orientador que forme parte del grupo pero desde una distancia que le permita llevar a cabo su tarea de educador.
2.- Respecto a las personas
Escuchar atento a todos, interesándose por lo que tengan que decir: No imponer su punto de vista. Apoyar al otro respetando sus pensamientos, sentimientos y opiniones
Comprender al otro, aunque eso no significa estar de acuerdo con él.
No hacer valoraciones subjetivas ni dar órdenes
Dar apoyo e integrar a quien no hable
Guiar y orientar dando perspectivas claras e invitando a examinarse uno mismo para descubrir defectos y cualidades
Hacer ver la necesidad de mejorarse como persona
Favorecer espacios donde cada persona pueda expresar sentimientos
Procurar que el otro se sienta amado
Liberar a la persona, mostrándole todas las posibilidades que tiene para escoger, descubriéndole nuevos caminos
El líder de tiempo libre trabaja con las personas y para las personas. Debe tener muy claro que él acompaña y que en este acompañar, tiene la función de optimizar procesos de crecimiento y de maduración personal. El educando debe ir descubriendo su propio camino y necesita la mano amiga de alguien que le guíe desde la experiencia, la coherencia y el amor. El líder tiene una tarea importante de apoyo a la persona que está creciendo y debe despertar en él/ella todo lo bello que tiene dentro



La animacion sociocultural como agente de intervencion social
3 Enero 2007
La ASC es una estrategia de intervención que trabaja por un determinado modelo de desarrollo comunitario. Este modelo de desarrollo en, desde y para la comunidad tiene como finalidades últimas promover la participación y dinamización social, desde los procesos de responsabilización de los individuos en la gestión y dirección de sus propios recursos. Un desarrollo entendido como «integral y endógeno; integral en cuanto capaz de unir entre sí los progresos económicos, sociales, culturales, morales, reforzándolos en su mutua relación. Endógeno, como el paso de sí mismo a un nivel superior, en unas relaciones de suma positiva con los demás … » (Lenoir, 1989, p. 50).
La ASC es un instrumento adecuado para motivar y ejercer la participación. Ésta se concibe como una toma de conciencia hacia el cambio personal y estructural; como proceso dialéctico y dinámico entre la Administración, los técnicos y la población, organizada a través de asociaciones, movimientos sociales, partidos políticos, plataformas y redes interasociativas. Esta visión de desarrollo comunitario parte de la necesidad de una adecuada articulación de la sociedad, en la que los tres ejes que la constituyen: Estado, mercado y tercer sector, trabajen de forma complementaria y donde la solidaridad circule en el interior de cada uno de ellos. Como afirma García Roca: «sólo las relaciones sinérgicas están en condiciones de acreditar una intervención adecuada…, significa incrementar la coordinación entre los distintos actores y entre las distintas dimensiones de la necesidad, con la participación de todos los agentes implicados» (García Roca, 1995, P. 52). Esta articulación se hace posible cuando se construye un sistema capaz de desarrollar a la vez la adaptación, la innovación y los cambios cualitativos; cuando presenta poca rigidez en su estructura, con una organización de abajo arriba, aspirando, en última instancia, a la autonomía y a la actualización de los sujetos.
Desarrollo comunitario como fortalecimiento de la sociedad civil
Fortalecer la sociedad civil significa concebir a los sujetos como los auténticos protagonistas de su desarrollo, el cual atraviesa diferentes fases o niveles:
1. Concienciación de sus carencias y necesidades:
2. Motivación para buscar las respuestas necesarias.
3. Asociarse para llevar a cabo los cambios y las transformaciones.
4. Denuncia y contraste para un adecuado reparto y socialización del poder.
Para ello es fundamental una sociedad civil basada en la acción social, entendida ésta como acción política; acción local cuyo horizonte es el cambio y la transformación de las estructuras políticas, económicas, sociales, educativas y culturales. Si la sociedad civil no camina hacia ese horizonte de cambio estructural, desde las bases populares y de los grupos organizados, ésta se queda reducida a un mero consumo de actividades y servicios, a espacios asistencialistas y estigmatizados, pero no una sociedad pluralista y democrática.
El aprendizaje de la democracia se realiza fundamentalmente en la experiencia asociativa, donde, a través del diálogo y el consenso, se llega a visiones de pluralismo cultural y a acciones organizadas de cara a una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Según señala Touraine: «la democracia es el medio político de salvaguardar la diversidad, de hacer vivir juntos a individuos y grupos cada vez más diferentes unos de otros en una sociedad que debe funcionar también como una unidad» (Touraine, 1994, p. 259).
El fortalecimiento de la sociedad civil necesita de una real distribución y reparto de poder: económico, social, educativo, cultural y político. Requiere facilitar las posibilidades para que cualquier persona pueda accionar en su vida de forma organizada, asociativamente; también es necesaria una auténtica igualdad de oportunidades para todos los miembros de la sociedad. Ello lleva a un cambio a nivel estructural.
Este planteamiento implica ofrecer los cauces para que las «clases populares», los sujetos en su comunidad local puedan participar activamente. Para ello se requiere un cambio de políticas sociales en clave comunitaria, donde los sujetos de la intervención no sean vistos únicamente desde las carencias, sino como portadores de potencialidad que necesitan de los recursos adecuados para ser desarrollados.
Dar los cauces para realizar acciones organizadas, a través de grupos sociales intermedios (asociaciones, ONGS, movimientos sociales, redes en el territorio … ), requiere de un reparto y socialización del poder, concretado en presupuestos, tipo de recursos, gestión y dirección de esas organizaciones. Estas organizaciones intermedias, a través de sus acciones, en las que expresan sus intereses reales, y desde una toma de decisiones real, plantean un nuevo modelo de sociedad, que se manifiesta en formas solidarias de gobierno, no agotándose en la propia sociedad civil. Este enfoque replantea un nuevo modelo de Estado.
2.Práctica de la ASC desde los agentes de la intervención comunitaria
La ASC es una estrategia adecuada para motivar y dinamizar la sociedad civil. Por los métodos, técnicas y estilo que utiliza es un instrumento adecuado para promover la participación y la dinamización social ciudadana. En su práctica, lo lleva a cabo a través de ámbitos que intervienen en la comunidad coordinadamente:
- Los servicios ofrecidos al territorio (socioeducativos, sociolaborales, socioculturales, sanitarios, sociales).
- Los diversos profesionales que trabajan en la comunidad (servicios sociales, educación, cultura, salud).
- Las asociaciones de voluntarios.
2.1. Los profesionales que trabajan en la comunidad
Con respecto a éstos (educadores sociales, familiares, monitores y directores de clubes de tiempo libre y ocio, de centros abiertos, maestros, educadores deportivos, de adultos, pedagogos, trabajadores sociales, sociólogos, gestores culturales, psicólogos, médicos, personal de enfermería) cabe realizar una serie de cuestiones previas a la hora de plantear su intervención desde una perspectiva comunitaria: ¿desde dónde y desde qué claves van a ejecutar su trabajo?, ¿desde qué visión de desarrollo de la comunidad van a actuar?, ¿qué procesos participativos intentarán generar y desarrollar?, ¿a favor de quiénes y de qué?, ¿qué estrategias y qué procesos de desarrollo personal y comunitario ejecutarán?, ¿cómo llevarán a cabo esta tarea coordinada dentro de la comunidad en sus proyectos, acciones y evaluaciones?
Estas cuestiones hacen referencia a una visión del profesional diferente de la actualmente existente. Para que éste actúe desde el horizonte de construcción de la comunidad se requiere:
- Una nueva visión de la formación y del reciclaje de éstos hacia una perspectiva comunitaria y preventiva, en línea de programación, ejecución y evaluación.
- Que aparte del conocimiento de su campo específico de intervención, conozcan y sepan poner en práctica: el trabajo en equipo, la colaboración y coordinación, el intercambio de experiencias, la comunicación interdisciplinar e intersectorial (Marchioni, 1994, p. 125).
Coordinación comunitaria de profesionales y servicios.
Necesidad de voluntariado como praxis necesaria y contrapunto para superar las tendencias corporativistas y burocratizantes de los distintos profesionales.
Una adquisición Normativa en aptitudes de capacitación relacionar: facilidad de comunicación, de no directividad, de conexión y aprendizaje para el trabajo y la dinamización de grupos, así como aptitudes en cuanto al dominio de la tarea: capacidad de organización, sentido de responsabilidad, habilidad para motivar, para afrontar dificultades, capacidad analítica y de adaptación a la realidad donde se interviene.
Un trabajo concebido en clave de proyecto comunitario. Para ello es necesario que el profesional tenga una visión definida y programática de los fines, métodos y acciones de su intervención; que la haga comprensible a los participantes, voluntarios y usuarios del proyecto, y favorezca la cooperación de éstos en sus modos de producción. Esta forma de trabajo en clave de ASC necesita de:
• Creación de equipos en relación a las tareas a desarrollar. Para ello el profesional identifica las capacidades y motivaciones de las personas, combinándolas con las tareas que tendrán que desarrollar.
Favorecer un clima de responsabilidad, de pensamiento crítico y de comunicación. Ajuste continuo entre las motivaciones de las personas con las necesidades del proyecto y de sus propias personas.
Que el profesional-animador vaya conduciendo a que, progresivamente, él mismo tenga un menor peso en la intervención, y se vaya creando un mayor nivel de implicación y responsabilidad desde las autonomías de los miembros, en el avance y progresión del proyecto.
2.2. LAS ASOCIACIONES DE VOLUNTARIOS
Respecto a éstas se requiere:
- Un trabajo coordinado e integrado en programas globales de la comunidad, con técnicos, servicios y plataformas asociativas. Para ello se requiere la formación de aptitudes como: asumir el pluralismo como enriquecimiento, necesidad de la coordinación como una respuesta más cualificada y eficaz para las personas, desde un enfoque más integral y creativo de las acciones.
- Las organizaciones han de tender a vivir el sentido profundo de la democracia y ejercitarla, en sus fines y en sus medios. Para ello se ha de dar una relación de complementariedad con los poderes públicos, a través de un cambio, que iría de unas relaciones de protección y colaboración a unas relaciones de cooperación efectiva.
- Cualificar la metodología del trabajo en equipo, a través de las funciones y la técnica que éste conlleva.
En relación a las funciones a desarrollar, éstas serían: análisis de la realidad, programación, realización de actividades, coordinación y evaluación. La función del liderazgo-coordinación es necesaria e intrínseca al trabajo en equipo, en cuanto que desde ella se favorece: la interconexión de los grupos y tareas, la evaluación, la formación y la apertura a nuevos planteamientos desde la práctica y la reflexión.
En relación a la técnica, el elemento de cómo dinamizar las reuniones es el método fundamental del trabajo de equipo. Éste requiere: operatividad, coordinación, recogida de acuerdos, ritmos y espacios donde todos los miembros se puedan coordinar.
Participación de todos los miembros en la definición de objetivos y programas, en la gestión de recursos, en la organización y evaluación de los procesos. Para ello se necesita que las asociaciones se vayan organizando con equipos responsables, eficaces, con métodos de trabajo cooperativo y líderes-animadores técnica y humanamente preparados (Puig, 1995).
Visión política de las acciones. La eficacia de una asociación depende de cómo planifique sus acciones a partir de los fines que quiere llevar a cabo. Para ello, es necesario que se observe, se reflexione y se propongan actuaciones necesarias para la ciudad-territorio y las personas. Asociaciones, por tanto, que no sólo ofrezcan servicios sino que también movilicen mentalidades, que ofrezcan una mirada política sobre sí mismos, sobre los otros, sobre la realidad social (Puig, 1995). Actuar desde este planteamiento político requiere:
a)Un adecuado trabajo en equipo, con profesionales, donde se den niveles de responsabilidad y de pensamiento crítico, comunicación, delegación de tareas y equipos de trabajo sólidos y con permanencia.
b)Formación permanente en la acción y la reflexión:
para la acción, por medio de los conocimientos, las actitudes y las habilidades necesarias para la comunicación y relación grupal, a través del aprendizaje y de la resolución de conflictos y de destrezas sociales para la organización.
c)Impulsar animadores asociativos con técnica y sentido militante, con aprendizajes técnicos en gestión y nuevas tecnologías, y con capacidades de dinamización grupal.
- Espacios de denuncia, de impulso y de protección de los derechos humanos. Para ello, las asociaciones deben tener un carácter público y transparente.
- Estructuras organizativas que promuevan la participación y la efectividad, y posean programas de actuación creativos. Se requiere que las asociaciones vayan favoreciendo proyectos bien planificados y se vayan consolidando con responsables técnicamente cualificados para el trabajo de la asociación.
Es importante que la organización, progresivamente, se vaya ajustando a las necesidades y motivaciones de los sujetos. Para ello hay que tener en cuenta que las actividades no deben ser desproporcionadas en relación a los recursos que se tienen; que los objetivos estén claros y precisados, acordados por los miembros; que los programas de trabajo surjan de la reflexión y de los análisis de la realidad; que la toma de decisiones sea participativa, y finalmente, que el trabajo -acciones y reuniones- sea llevado a cabo con permanencia y regularidad.
- Complementariedad entre voluntariado y profesionales: que los equipos de trabajo estén formados por estos dos tipos de agentes. Es importante que los profesionales sean personas técnicamente preparadas, y liberadas dentro de la asociación, para realizar las funciones de coordinación.
2.3. LOS SERVICIOS OFRECIDOS EN EL TERRITORIO
Con respecto a éstos, desde esta perspectiva de dinamización comunitaria y sociocultural se requieren unos modos de intervención con las siguientes características:
- Dar protagonismo real a los sujetos y a los grupos, desde las necesidades y acciones que surjan desde ellos mismos.
- Dotar de estructuras participativas que requieren de personal cualificado técnica y vivencialmente en los procesos de participación.
- Abordar las prestaciones y recursos, no sólo desde las problemáticas concretas y estigmatizadas (minusvalías, toxicomanías … ), sino de forma integral-abordando todas las áreas de las personas: afectiva, social, física, cognitiva-, y desde dimensiones comunitarias -sociolaboral, educativa, cultural, servicios sociales, sanidad, etc.
- Relaciones horizontales y de acompañamiento social (personal y grupal).
- Ver los desarrollos y los procesos personales y comunitarios no desde parámetros de eficacia únicamente, sino desde un trabajo progresivo, lento y permanente, basado en los aspectos nucleares de las personas y los grupos: «identidad, reciprocidad, confianza» (García Roca, 1995, p. 14).
- No concebir la intervención sólo como democratización cultural, sino también como ejercicio de participación real de las personas, que atraviesa la toma de decisiones y los procesos progresivos de concienciación y acción de los individuos, siendo ellos mismos los protagonistas del desarrollo comunitario; es decir, trabajar desde la visión de democracia cultural.
- Las ofertas de estos servicios deben atender a los procesos de personalización de cada uno de los individuos.
- Las intervenciones se planteen desde una visión sistémica, no como suma de las partes, sino como la interconexión e influencia de cada una de ellas en el total del sistema. Para ello se requiere del trabajo interdisciplinar y de equipo, donde todos los agentes, tanto voluntarios como profesionales, trabajen sistemática y coordinadamente.
La interdisciplinaridad favorece la especialización y la integralidad de las intervenciones; pero una especialización planteada de forma integradora y desde la coordinación de los diferentes recursos, tanto personales como técnicos; que abarca, a su vez, las diferentes áreas del desarrollo personal y comunitario (salud, relaciones sociales, ámbitos educativos, culturales, de ocio, participación sociocomunitaria, etc.). Por la propia complejidad que presenta la realidad tanto personal como colectiva, se hace necesaria la interrelación de lo especializado-técnico con la globalización e integración de todas las partes que constituyen el sistema de la intervención. De ahí la necesidad de conectar los apoyos técnicos (terapeutas, educadores, gestores culturales, médicos, servicios sociales…) y los apoyos naturales (unidades convivenciales, espacios de relación y encuentro, espacios de acogida, de información, acompañamientos sociales, centros para actividades de ocio, etc.).
Este modo de concebir la intervención de forma interdisciplinar y globalizadora permite recrear los servicios y las intervenciones hacia el horizonte de desarrollo comunitario.
- Por último, hay que señalar que estos servicios, desde las claves de la ASC, requieren de unas metodologías participativas, basadas en la investigación-acción. Para ello es necesario que los métodos y las técnicas que se utilicen partan de las necesidades reales de los individuos, de los análisis de la realidad de la forma más científica posible y con el mayor ajuste tecnológico entre la racionalidad y el control y la flexibilidad de las acciones

Lecturas Recomendadas:

En defensa de la multiculturalidad
Nuestra diversidad lingüística indígena y vernácula
por Esteban Emilio Mosonyi*
Hoy día, por fortuna, vuelve a la palestra y con todo despliegue el tema de la diversidad lingüística que de algún modo siempre ha caracterizado a la humanidad; más esta vez con connotaciones especiales. Por fin hemos comprendido -me refiero a ciertos sectores críticos de la sociedad planetaria- que la sumatoria de idiomas y discursos que existe diseminada en todos los continentes, en unos países más que en otros, es un tesoro que no se puede dilapidar ni desperdiciar, constituye un acervo y una mina de recursos que engalana a nuestra especie que, dicho sea de paso, se encuentra a merced de una serie de crisis espantosas; entre ellas la de la pérdida de las diversidades, sólo mitigada por la súbita conciencia que a última hora hemos vuelto a adquirir.

Así ocurre con la linguodiversidad, que hoy se reivindica gracias al tenaz esfuerzo de los pueblos y de algunos grupos importantes de apoyo, en un momento que ya casi parecía tardío. Sin intención de exagerar mi propio protagonismo en ese particular, me siento sin embargo orgulloso y satisfecho por mi nivel de participación y los éxitos obtenidos entre todos. Ojalá estos se acrecienten en un futuro próximo hasta lograr su pleno cumplimiento. La diversidad lingüística que prevalece en Venezuela, especialmente la originada por la presencia de unos treinta y cinco idiomas indígenas con sus variantes, es notable pero no única en el mundo. Como es nuestra diversidad, algo que se ha venido fraguando en el decurso milenario de nuestra historia, debe ser objeto de nuestro máximo cuidado más no en términos de una admiración pasiva. Por el contrario -y estoy parafraseando la nueva Constitución- las lenguas o idiomas autóctonos -la diferencia semántica es poca- tendrán que oficializarse de verdad al menos en las zonas y hábitat indígenas, su enseñanza ha de ser eficazmente institucionalizada de una vez por todas, las creaciones orales y escritas en estas lenguas deberán recibir una difusión máxima entre nosotros y en el exterior, como tímidamente ya se viene haciendo. Aprovecho el momento para señalar que estamos a punto de inaugurar un "Minimuseo de Lingüística" en la Casa de Bello, precisamente con tales propósitos.
Con todo, sobre la diversidad lingüística queda mucho por aclarar, al tratarse de un concepto sólo parcialmente comprendido, hasta por algunos expertos. Los opinadores de oficio o sin oficio piensan -casi por automatismo- que esta es tan sólo una diversidad más, junto a las otras que legítimamente existen en el mundo: biodiversidad, sociodiversidad, diversidad cultural, diversidad de costumbres, diversidad jurídica, más todas aquellas que se quieran añadir. En parte esto es verdad, ya que sería gratuito encubrir un paralelismo que se evidencia de inmediato. Pero esta no es la verdad total. Sucede que el lenguaje articulado -objetivado a través de las múltiples lenguas del mundo- impregna y permea absolutamente todo, atraviesa todos los parámetros que podamos encontrar o quepa imaginar, simboliza y expresa la experiencia humana, colectiva e individual, incluyendo las virtualidades más ocultas.
Lo cierto es que la mente humana sólo puede funcionar sin este lenguaje omnipresente hasta un grado mínimo, en una forma larval y absolutamente prehumana. Hasta la biodiversidad, con las numerosísimas especies biológicas aún no exterminadas, se hace asible para nosotros, de manera objetiva y subjetiva, a través de los idiomas llamados "naturales" en primer lugar, y luego -entre los especialistas- mediante simbolismos derivados de ese mismo lenguaje fundamental. En otras palabras, el mundo circundante existiría en sí mismo, con su naturaleza, plantas y animales y componentes minerales; pero no estarían en modo alguno al alcance del ser humano socializado.
La interconexión del lenguaje con la fenomenología universal en todas sus partes y matices es algo intuído, mas no tan bien comprendido ni justipreciado en todos sus alcances, como seguiremos insistiendo más adelante. Pero antes de ello queremos hacer énfasis en otra omisión nuestra muy común, consistente en ver las lenguas solamente como sendos instrumentos diseñados por la hominización para captar y discernir realidades, y de algún modo apropiarnos de ellas.
Aún hace muy poco tiempo, ni siquiera los lingüistas y otros usuarios profesionales del lenguaje se preocupaban -aunque a veces los percibían- por sus valores intrínsecos, la belleza majestuosa de cada idioma y de sus categorías constitutivas; la perfección con la que todo lenguaje articulado -traducido en idiomas- interactúa creativamente con la cultura y el resto del ambiente extralingüístico, la dinámica sutil y flexible con que cada lengua va refinando con el uso sus propias categorías y amoldándose a las exigencias del colectivo hablante y hasta de los individuos aislados, por ejemplo de los grandes escritores y poetas.
En suma, hemos visto y criticado la tendencia universal de atribuirle todas las virtudes, la increíble complejidad y maleabilidad que caracteriza el habla humana, al lenguaje en sí, a la facultad lingüístico-articulatoria como tal: casi nunca a los idiomas en tanto entidades semi-independientes.
Cuando mucho, se reconocía la perfección de uno que otro idioma muy prestigioso como el griego, el latín, el francés, el inglés, el alemán, el italiano, el ruso y algunos más, siempre en número muy pequeño, a manera de una aristocracia lingüística muy elitesca y selecta. Casi ningún hombre o mujer que se crea "cultivado" -salvo que sea de esos pueblos- le dedica un minuto de atención al lituano, al húngaro, al bretón, al tagalo-filipino y parémonos de contar. Cuando dirigimos la mirada a los pueblos indígenas, entre ellos los de América, nuestra forma de expresarnos ya desciende a lo chabacano, a muestras de ignorancia militante, al desdén puro por unos supuestos "dialectos" que en realidad no son nada, para nada sirven y que lógicamente deberían desaparecer. Dije al principio que esta mentalidad ya estaba en vías de cambiar, pero ciertamente con muchísima lentitud, entre nosotros y en otras latitudes.
Dos
Podríamos invertir un tiempo largo ejemplificando lo expuesto con los idiomas indígenas de Venezuela, algunos de ellos -no todos- ya medianamente conocidos por la ciencia lingüística: se supone que los hablantes nativos siempre los han dominado. Ahora bien, dado lo necesariamente breve de nuestra exposición hemos recurrido a la estrategia de poner de relieve un solo idioma, en el entendido de que este será parcialmente representativo del conjunto, si bien las diferencias entre estos idiomas son grandísimas.
El baniva -lengua arawak de la sub-región Guainía-Río Negro del Suroeste del Estado Amazonas- presenta una serie de características y particularidades, lingüísticas y extralingüísticas, que le llaman poderosamente la atención a la gente al menos un poquito sensibilizada. Hay que aclarar de una vez que este sistema lingüístico aún corre el peligro de extinguirse en un par de décadas, a pesar del esfuerzo realizado por algunos de sus hablantes como el difunto Hernán Camico, de investigadores como Omar González Ñáñez, José Álvarez, Marlene Socorro, y de otros aliados con capacidad de decisión inclusive política.
Personalmente creemos que el baniva se salvará, pero no se transmitirán a las futuras generaciones todas sus carcaterísticas aún presentes en la época en que esta lengua era de uso coloquial común y con suficientes hablantes.
Nos referimos principalmente a su sistema tonal en proceso de neutralización. Se ha argumentado -y esquemáticamente es cierto- que ninguna de las diferentes culturas está tan estrechamente ligada a una lengua determinada, por más que hayan convivido durante siglos. De hecho, porciones de la cultura baniva y de otras de la familia arawak se han venido describiendo en español, portugués, inglés y podrían usarse otras lenguas para ese fin.
En la práctica, no obstante, no ocurre así sino que se presentan importantes complicaciones que muestran una mayor interdependencia entre lengua y cultura de la que se pudiera imaginar.
Nuestro colaborador fallecido, el señor Hernán Camico, era perfectamente bilingüe en baniva y castellano, e incluso utilizaba con más frecuencia y en mayor número de situaciones el idioma oficial que el originario. Sin embargo, cuando le solicitamos nombrar todas las especies de vegetales de las que tuviese conocimiento, primero las enumeraba en ambas lenguas, pero pronto llegó el momento en que tuvo que continuar forzosamente en baniva.
Él podía nombrar y hasta describir centenares de especies biológicas pero sólo en su lengua materna y en los parámetros de su cultura indígena. Lo propio sucedía con los nombres, la elaboración y los usos de los diferentes objetos que constituyen la cultura material tradicional de este pueblo. Él podía nombrar y caracterizar, dentro de su proceder etnocientífico, todos estos enseres: algo que jamás podría haber hecho en castellano, a pesar de su dominio pleno de este idioma. Cuando pasamos de la cultura tangible a la intangible, la dificultad de operar con el castellano se hacía mucho mayor todavía, ya hasta los límites de lo absurdo. Así que ni siquiera el bilingüe perfecto puede disociar su cultura nativa del idioma que legítimamente le pertenece.
Posteriormente, se podrán arreglar traducciones -buenas, malas o medianas- a otros idiomas, pero ello no altera la realidad contundente de lo que estamos exponiendo. De manera que si verdaderamente nos interesa la multiculturalidad, las creaciones y conocimientos acumulados por otros pueblos hasta ahora menospreciados, si la diversidad es para nosotros una finalidad en sí, no es posible soslayar la diversidad lingüística ni convertirla en una de las tantas modalidades en que difieren las sociedades humanas. Nuestra conclusión -creo que irrebatible- es la siguiente: la diversidad lingüística es y seguirá siendo una condición fundamental para la existencia y mantenimiento de otras diversidades así como para su captación y procesamiento por el ser humano, indistintamente de la sociedad a que pertenezca.
Esteban Emilio Mosonyi
Profesor de Antropología en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales UCV, asesor de la Coordinación Intercultural de Salud con Pueblos Indígenas (Cispi) del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.
Los artículos de esta autora o autor

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Canto, música y ritual en la concepción cosmogónica del chamanismo

Ronny Velázquez*

En las culturas aborígenes, el canto chamánico y la ejecución de instrumentos musicales son de orden prioritario para la comunicación con los espíritus auxiliares o dañinos. También son necesarios en los viajes extáticos para alcanzar los más sorprendentes y representativos niveles de exaltación poética y metafórica.

En este sentido, es el espacio, en el cual se difunden los sonidos, el concepto que adquiere una isotopía jerárquica preponderante ya que ese espacio, como hemos dicho, es el mismo que ocupan los espíritus, los dioses, los semidioses y los héroes culturales.

El chamán asciende en la realización de diversos ritos y ceremonias. Tiene la convicción de que en esa elevación de su espíritu, en conjunción con la elevación de los sonidos, encontrará el espíritu poderoso que se trasmutará con su música y con su bebida, sea chicha o cualquier otro estimulante. Sabe que ese espíritu lo guiará en la búsqueda y obtención del logro que persigue o en el encuentro con el espíritu del bien o ante el enfrentamiento con el espíritu del mal.

Ésta es la imagen que de una u otra manera establece una considerable relación entre la elevación y las caídas en abismos insondables o en la gravitación del cuerpo o en la potencialidad para realizar los viajes catabáticos a través de las diferentes capas de la tierra.

Ese vuelo mágico del chamán, aunado a los sonidos del canto y a la ejecución de algunos instrumentos, es, por sus propias características, una "metáfora axiomática". Es evidente desde el punto de vista chamánico, pero indescriptible desde la lógica racionalizada.

Sólo la explicación chamánica es la única capaz de describirlo y la investigación sobre terreno, la única experiencia capaz de percibirlo e, inclusive, sentirlo.

Dibujo shuar que representa el vuelo.


La acción chamánica no sólo se lanza hacia lo conocido, sino también hacia lo desconocido. Por tanto, reafirmamos: nada lo explica, no es u axioma ni una ley desde el punto de vista de las ciencias, es más bien un comprensión del mundo en el cual las estructuras están ausentes y nada obedece a una lógica, sino más bien a las ilogicidades, y no obstante funciona. Es, desde su punto de vista, la concreción de un mito y la realización de múltiples metáforas. Su propia descripción lo explica todo desde una concepción emic.

El vuelo mágico y la elevación de los sonidos del canto o de los instrumentos musicales representan la trascendencia que sobrepasa las limitaciones del hombre; por este convencimiento, el vuelo mágico, la música y el éxtasis chamánico son absolutamente indispensables en todo acercamiento a la concepción cosmogónica del cuerpo en las culturas aborígenes.

Los chamanes explican que tanto los espíritus auxiliares como los adversos, así como los dioses y semidioses, gustan de escuchar el canto y los sonidos de los instrumentos musicales. También aman las bebidas embriagantes e inclusive, estando ebrios, se enamoran de los seres humanos. Esta coyuntura es favorable para la práctica chamánica que desee establecer los mejores contactos con los espíritus.

Para la concepción chamánica, la primera necesidad es dominar el sonido; una vez logrado este principio, se llega al vuelo, o a los viajes y se dominan los elementos principales como el fuego, el aire y el agua. Cada uno de estos elementos, como bien los definía Paracelso, tienen la condición virtual de sus oposiciones: el fuego calienta, asa y quema. Es decir, el fuego da vida pero también destruye. El elemento agua es vida, quita la sed, pero también ahoga. El elemento aire es vida, pero también es destrucción si se sobrepasa de poderes.

Frente a esos tres elementos de potencialidad creativa y destructora a la vez, el canto chamánico y la ejecución de los instrumentos musicales adecuados son los mediadores para convertir todas sus acciones en positividad. De esta manera, el canto chamánico se acerca a los espíritus de la vida, convence a los espíritus de la destrucción y apacigua y reorienta a los espíritus eternos para que realicen acciones creativas.

Con todo, el elemento aire es el que hasta ahora ostenta la jerarquía primordial y de poder virtual y, por tanto, el sonido es el elemento físico de significación preponderante en toda comunciación chamánica.


Machi mapuche ejecutando su kultrum. Chile.
Los sonajeros o maracas, idiófonos de sacudimiento, son asociados al cosmos. El chamán que posee una maraca y sabe ejecutarla y conoce sus senderos, es poseedor del mundo. Lo mismo ocurre con el kultrún mapuche. Para un machi, poseer un kultrún en su mano izquierda y ejecutarlo es poder dominar el mundo; en -se timbal semiesférico está la representación del mundo y su sonido es la voz del machi que se eleva para tramontar todas las sendas y llegar a Wenu Mapu, la tierra eterna de lo infinito.

La misma concepción mapuche y un instrumento similar es aún empleado por los chamanes altaicos de Siberia, donde posiblemente se encuentran los rasgos más antiguos de nuestras prácticas chamánicas, y también en aborígenes norteamericanos y canadienses de esta centuria.

Las flautas, los silbatos y las cañas sonoras como ya hemos explicado, están asociados a la procreación, al nacimiento y a los viajes del espíritu a través del cuerpo del ser humano y a través de las capas de las tierra. Con sus sonidos se percibe el mágico nacimiento del mundo y de la vida.


El arco musical monocorde, universalmente conocido, que utiliza la boca como caja de resonancia, es otro instrumento de comunicación con los espíritus. Los espíritus buenos y adversos no se resisten ante tales sonidos y acuden de manera inmediata. El arco musical está asociado al Arco Iris tanto en las culturas aborígenes mesoamericanas, como entre los shuaras de la selva ecuatorial. Esta asociación con el Arco Iris representa los caminos que ostentan los poderes del bien y del mal, necesarios en toda relación chamánica. Este arco también extiende su asociación a la serpiente cascabel, que representa la virtud y la prudencia y es aliada del chamán en las curas sobre mordeduras de serpientes venenosas.

El turu-turu es un mirlitón de los mískitos de Honduras que está compuesto por una pequeña caña y una membrana de ala de murciélago (sakanki watla). Este instrumento, introducido en la boca del chamán especialista, sirve para comunicarse con los espíritus de los muertos que están ya lejanos. La caña, en este caso, representa el espíritu de los perros primigenios y el ala de murciélago sirve para ayudar al chamán a viajar por el mundo de las tinieblas.

También, entre los piaroas de Venezuela, existe otro instrumento de utilización chamánica para comunicarse con los espíritus de los muertos. Se llama wora; está conformado de una olla de barro que posee tres agujeros que cumplen función acústica. En ella se soplan dos cañas. Su sonido lúgubre produce el traslado del chamán al interior de las rocas, lugares donde moran sus antepasados.

También existen muchísmas otras flautas y silbatos, así como ocarinas elaboradas de cañas, huesos, cráneos de jaguares, venados, monos, etc., y también instrumentos que se ejecutan por frotación, como los elaborados con caparazones de tortuga, que también usaban los mayas (el ayotl); también se usan trompetas de cuerno de ganado para adquirir su fuerza y flautas y ocarinas de barro, etc. Todos ellos son instrumentos auxiliares dentro de la práctica chamánica, terapéutica, ritual o festiva.

Dos hombres piaroas ejecutando el wora, instrumento de comunicación con los espíritus de sus ancestros.


Largo podría ser el inventario y mucha la variedad de instrumentos musicales asociados a sonidos o a características especiales que según su uso y similitud producen efectos ligados a los diversos fenómenos de la naturaleza: tambores de madera para atraer la lluvia como el tunduy shuara o los suaves sonidos del trompe mapuche o guajiro. Por sus características muy individuales, esos sonidos se dirigen al alma humana y por tanto, atraen a los espíritus del amor, etcétera.

Todos estos instrumentos y todos los secretos de su creación, asociado a los sonidos que emiten, tienen sus raíces en los orígenes del mundo y está muy emparentados con los hombres primordiales de los albores del universo

Como vemos, en la música ceremonial y en el canto chamánico conjugan además, danza y ritual, mito y poesía, estableciéndose una verdadera comunicación estrecha y significativa. Y algo que es muy importante e la relación del hombre con el mundo de los espíritus es que el texto del canto por ejemplo, no es eficaz si es pronunciado en forma normal. Este texto de ser cantado, es decir, "entonado" y, en algunos casos, se complementa con el uso o la ejecución de instrumentos de significación chamánica.

Por tal razón, la gama musical, instrumental, o entonada a viva voz, con acompañamientos rítmicos, es parte imprescindible de la eficacia simbólica ya que hace recorrer caminos míticos al cuerpo sometido a tratamiento o ritualización. Por otro lado, los textos chamánicos son, en muchos de los casos, poemas metafóricos que hacen concreción la propia noesis del chamán; que canta. Dichos textos están conformados por frases poéticas que funden sonido y sentido en una especie de migración constante, en la cual, cada frase, aunque se desvanezca en el espacio, va a ubicarse exactamente en el sitio preciso donde debe causar un efecto ritual, mágico y chamánico.

Cada texto chamánico y los sonidos que lo acompañan conforman una totalidad indisociable y cualquier conmutación que se realice en esa especie de fórmula mágica, va a producir una alteración o una nueva significación en el proceso ritual. Además es intraducible de manera literal. Sólo es comprendido dentro de la gran red de significaciones que conforman la estructura profunda del canto chamánico. Más allá de ese universo sólo puede encontrarse el insondable silencio o un incomprensible sonido fuera de toda significación.

La música y el canto trascienden el lenguaje hablado. Esta unión fue estructurada por sus cultores in illo tempore. Fue creación de dioses, semidioses y espíritus tutelares. Por eso los chamanes son los representantes de los sabios de tiempos primordiales.

Los chamanes explican que los grandes sabios y los dioses, semidioses o héroes culturales fueron hombres como ellos, utilizaron su cuerpo. Eran grandes danzantes, bebedores de inmundicia y se levantaron de allí para convertirse en dioses. No eran dioses sacrificiales. Eran hombres como los actuales chamanes, sus representantes. Fueron creadores de instrumentos musicales y por eso sus espíritus viven ahora en las raíces más profundas de los elementos que producen sonidos de la naturaleza y en algunos entes, en los que han ocultado su sonido, como el caso de tortugas, armadillos, piedras y montañas. Eran señores festivos e investidos de musicalidad y de sacralidad.

Por todo lo anterior podemos asumir que en el cuerpo humano, el canto chamánico cumple un papel primordial y convierte en significativa toda la gama de sonidos que es capaz de producir el hombre en su comunicación con la naturaleza. Palabra chamánica y sonido establecen la combinación más perfecta para llegar a todos los lugares geográficos y a todos los puntos cardinales, tanto del microcosmos corporal como del cosmos en el cual el hombre se desenvuelve.

En los chamanismos más centrales, a un verdadero chamán no se le permite cortar una semilla, un fruto, una hoja, una rama o extraer la corteza de un árbol, o recoger agua, o piedras, o tierra, etc., si no lo hiciera con significación chamánica, si no canta los versos correspondientes, si no ritualiza el lugar o si no aplica las fórmulas adecuadas. Si lo hace, sería realizarlo en forma compulsiva y significaría arrancárselo a su propio cuerpo. Cada chamán tiene la facultad de conocer los secretos del origen y, por tanto, es dueño también de la palabra chamánica pletórica de poderes virtuales. También es dueño del canto, del poema y del mito, de la música y del misterio. Es un ser que se manifiesta en su condición de inagotable porque es parte importante de la propia naturaleza.

En esta concepción vemos que el ente, en la relación chamánica, pertenece simultáneamente a dos mundos.

El chamán mískito afirma: "Yo soy dos cuerpos". Es decir, pertenece indudablemente al mundo de la naturaleza; aquí se produce un nexo sensible entre su cuerpo, el mundo de los instrumentos musicales, los alucinógenos y la parafernalia chamánica; pero también pertenece al mundo de las connotaciones sagradas que se establecen a través de las múltiples hierofanías que evidencian el poder de los elementos en un mundo no perceptible de manera directa, sino a través del establecimiento de la comunicación chamánica.

Hombre mískito ejecutando el ungku,
arco musical, para la comunicación
con sus espíritus.


Este ente existe no sólo en la razón, en lo verdadero, en lo racionalizado; está también ubicado en el mundo que es asumido por la mente racional, como perteneciente a lo irreal. De esta manera, se ubica en los espacios de lo numinoso porque ostenta los valores de lo impuro que aterra y de lo poderoso que fascina, posiciones polares que son propias de la naturaleza. Por lo tanto, desde el ámbito del ente se revé el difícil problema de la alteridad que se opone a la reducción de lo otro y no obstante se pertenecen mutuamente.

Desde la compresión chamánica se piensa en lo otro, en lo diferente, en lo desconocido de la naturaleza, y esta concepción viene a conformar en última instancia, la otra razón, es decir, el otro modo de pensar: el de la propia naturaleza. Este entendimiento es el lugar de escape de una lógica identificativa pero que involucra a ambas cualidades sensibles, la del ser humano y la que pertenece a la naturaleza.

Mantener esta distancia es sano porque se permite ahondar en diversos planteamientos desde horizontes de interpretación hermenéutica etnográfica para los mismos cultores.

La comunicación más válida, la más intensa, la que produce un verdadero encuentro es siempre una comunicación en la cual el yo y lo otro son diferentes aunque estén relacionados. Así, la acción chamánica comunicativa, el acto ritual-ceremonial y el canto chamánico son eficaces si se cumplen las condiciones para la posibilidad de una comunicación mental densa dentro de la cual ni siquiera se responde a lo volitivo. En este caso, es la naturaleza la que impera y la que impone sus modelos, que se cumplen en una especie de acuerdo tácito dentro del ámbito de lo metafísico.

En el éxtasis, el chamán pierde la voluntad y el peso real de su cuerpo, y una vez libre de ataduras corpóreas, es conducido por una legión de espíritus poderosos para enfrentarse a los espíritus adversos y en esta difícil situación, el chamán con su canto, sus instrumentos y su parafernalia, conforman todos ellos la energía más solidaria de procesos sagrados que resguardan sus universos de comunicación y simbolización.

Por las razones expuestas y otras, ni siquiera esbozadas, y millares de otras que faltaría investigar en ese difícil pero fascinante mundo de la concepción chamánica, consideramos por lo menos a priori, que la música, el mito, el rito, la literatura aborigen, el canto chamánico y tantas otras manifestaciones culturales de los grupos étnicos de América aborigen constituyen un principio inagotable para el entendimiento del hombre a niveles más generales y, sobre todo, si se analizan los procesos de la desacralización a los cuales ha sido sometido el ser humano por los afanes de la homogeneización de la cultura económica dominante, que impone símbolos descaracterizantes, vergonzantes y falsos sin tener ningún respeto por la diversidad cultural.

Con todo, aún no se han eliminado de manera radical los universos polisémicos de las cosmogonías aborígenes. Ese mundo simbólico jamás podrá agotarse y mientras haya vida para que pervivan por lo menos los elementos residuales de las culturas aborígenes, si esos elementos residuales están bien cimentados, permitirán siempre la reconstrucción de mundos maravillosos para la creatividad humana y nosotros, los foráneos, aunque impongamos nuestra pretendida cientificidad, no podremos opacar las diversas y ricas cosmogonías aborígenes de América que aún viven, las que aún reclaman respeto. Y sus concepciones cosmogónicas serán las que nos seguirán brindando las razones más aproximadas a la auténtica verdad del hombre mientras se respete dentro de su cosmovisión su particular y auténtico modo de pensar, porque aún llegando ya al fin del siglo xx, nosotros sabemos que no hay verdades eternas e inmutables y que, comprendiendo o por lo menos respetando las culturas aborígenes, en alguna medida seguimos siendo humanos.

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* RONNY VELAZQUEZ trabaja en la Fundación de Etnomusicología y Folklore de la Universidad Central de Venezuela.